domingo, 18 de diciembre de 2011

One word.


Cáncer, una palabra como cualquiera, la diferencia es que esa palabra a mí me arruinó la vida.
Hace apenas seis meses yo era una chica positiva, alegre, con ganas de comerme el mundo. Ya no.Hace seis meses y tres días exactos me descubrieron cáncer, sí nunca olvidaré aquel quince de junio. Iba a ir a una revisión médica, la de los dieciseis años. Todo fue de maravilla me examinaron y estaba perfecta pero me mandaron ha hacerme unos análisis y allí descubrieron que tenía cáncer. Da igual de que tenía el cáncer, lo que contaba es que yo lo tenía. Cuando oí esa palabra de la boca del médico me empecé a marear. ¿Por qué yo? me preguntaba, sólo tengo dieciseis años ¿por qué yo?. La verdad es que mi madre ha sido la que mas me ha apoyado todos estos meses, no digo que mi padre y mis amigas no, pero una madre es una madre.
En ese momento solo podía pensar en todas las cosas que iba a perder, en que nunca tendría mi primer amor, en que nunca iría a Nueva York, la ciudad de mis sueños, en que no iría a la universidad, en que no cumpliría mis sueños y en un millón de cosas más que no podría hacer.
Desde ese momento mi vida dio un giro de trescientos sesenta grados.
No dejé de estudiar, no dejé de quedar las tardes que no iba a mis horas de quimioterapia.
Pero pasaron uno, dos, tres meses y yo iba perdiendo la esperanza la cosa no mejoraba. Me empecé ha hacer la idea de que en pocos meses iba a dejar este mundo.
Y ahora aquí estoy despues de seis meses de sufrimiento, en cama a punto de morir. He pensado en escribir mi história para desahogarme, para compartir con alguien como me siento de verdad, dejar de poner esa sonrisa falsa y decir que estoy bien por que no lo estoy. En poco tiempo desapareceré de este mundo, poco a poco la gente irá olvidandome por que no soy como Einstein, Colón o Newton no he hecho nada importante en mi vida. La verdad tampoco es que me haya dado tiempo, he tenido muy poco tiempo. Bueno no quiero amargaros más de lo que lo he hecho con mi história. La vida no es justa.
Pero no me quejo, no digo que al principio no tenía ganas de romperlo todo y gritar pero esa no es la solución.
Me voy tránquila sin resentimientos.
Una última cosa no desperdiciesis la vida enfadandoos con los demás, disfrutarla que con un minuto de enfado se pierden sesenta segundo de felicidad, o eso he oído.

No hay comentarios:

Publicar un comentario